dimarts, 22 d’abril del 2014

Pasqua de Resurrecció 2014



DE L'EVANGELI SEGONS SANT MATEU           (Mt 28, 5-7)
L'àngel digué a les dones: 
-No tingueu por, vosaltres. 
Sé que busqueu Jesús, el crucificat.  
No és aquí: ha ressuscitat, tal com va dir. 
Veniu, mireu el lloc on havia estat posat. 
 Aneu de seguida a dir als seus deixebles: 
"Ha ressuscitat d'entre els morts, 
i ara va davant vostre a Galilea. Allà el veureu."
                                      


DEL EVANGELIO SEGÚN SANT MATEO
 El ángel dijo a las mujeres:–No os asustéis. Sé que estáis buscando a Jesús, el crucificado,  pero no está aquí; ha resucitado, como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. Id aprisa y decid a sus discípulos: ‘Ha resucitado y va a ir a Galilea antes que vosotros. Allí le veréis.’  (Mt 28, 5-7)









Christus surrexit
复 活节快乐
المسيح قم حقا قا م
Cristo e' risorto 
E' veramente risorto,
Χριστο'ς Ανεστη Αληθως Ανεστι.
REALMENT 
CRIST HA RESSUSCITAT.
AL·LELUIA. BONA PASQUA
خوش ایسٹر
हैप्पी ईस्टर मसीह बढ़ी है
 
 
 





Homilí­a del Papa Francisco en la Vigilia Pascual
       "Volver a Galilea",
    al momento en el que los ojos de Jesús 
            se cruzaron con los nuestros

El Evangelio de la resurrección de Jesucristo comienza con el ir de las mujeres hacia el sepulcro, temprano en la mañana del día después del sábado. Se dirigen a la tumba, para honrar el cuerpo del Señor, pero la encuentran abierta y vacía. Un ángel poderoso les dice: «Vosotras no temáis», y les manda llevar la noticia a los discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea» . Las mujeres se marcharon a toda prisa y, durante el camino, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». No tengais miedo, no temais, no temais. Es la voz que anima a abrir el corazón para recibir este anuncia porque después de la muerte del Maestro, los discípulos se habían dispersado; su fe se deshizo, todo parecía que había terminado, derrumbadas las certezas, muertas las esperanzas. Pero entonces, aquel anuncio de las mujeres, aunque increíble, se presentó como un rayo de luz en la oscuridad. La noticia se difundió: Jesús ha resucitado, como había dicho... Y también el mandato de ir a Galilea; las mujeres lo habían oído por dos veces, primero del ángel, después de Jesús mismo: «Que vayan a Galilea; allí me verán». No temáis e id a Galilea. Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Volver al lugar  de la primera llamada. Volver allí, volver al lugar de la primera llamada. Jesús pasó por la orilla del lago, mientras los pescadores estaban arreglando las redes. Los llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron.
Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria. Sin miedo, no temais. Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor.
También para cada uno de nosotros hay una «Galilea» en el comienzo del camino con Jesús. «Ir a Galilea» tiene un significado bonito, significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas. Con esta chispa se enciende una alegría humilde, una alegría que no ofende el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena.
En la vida del cristiano, después del bautismo, hay otra Galilea, hay también una «Galilea» más existencial: la experiencia del encuentro personal con Jesucristo, que me ha llamado a seguirlo y participar en su misión. En este sentido, volver a Galilea significa custodiar en el corazón la memoria viva de esta llamada, cuando Jesús pasó por mi camino, me miró con misericordia, me pidió de seguirlo; ir a Galilea significa recuperar la memoria de aquel momento en el que sus ojos se cruzaron con los míos, el momento en que me hizo sentir que me amaba.
Hoy, en esta noche, cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Cuál es mi Galilea? Hacer memoria, ir atrás ¿Dónde está mi Galilea? ¿La recuerdo? ¿La he olvidado? Búscala y la encontrarás, allí te espera el Señor. He andado por caminos y senderos que me la han hecho olvidar. Señor, ayúdame: dime cuál es mi Galilea; sabes, yo quiero volver allí para encontrarte y dejarme abrazar por tu misericordia. No tener miedo, no temer. Volved a Galilea.
El evangelio de Pascua es claro: es necesario volver allí, para ver a Jesús resucitado, y convertirse en testigos de su resurrección. No es un volver atrás, no es una nostalgia. Es volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de la tierra.
«Galilea de los gentiles»: horizonte del Resucitado, horizonte de la Iglesia; deseo intenso de encuentro... ¡Pongámonos en camino!
                                                                    CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de 2014.



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dissabte, 19 d’abril del 2014

Divendres Sant '2014

DIVENDRES SANT



TEXTO ÍNTEGRO DEL VIA CRUCIS del COLISEO
PRESIDIDO POR EL SANTO PADRE FRANCISCO
VIERNES SANTO
Roma, 18 de abril de 2014

«EL ROSTRO DE CRISTO, EL ROSTRO DEL HOMBRE»
MEDITACIONES de S.E. Mons. Giancarlo Maria BREGANTINI,
Arzobispo de Campobasso-Boiano




SEGUNDA ESTACIÓN 
- Jesús con la cruz a cuestas -

El pesado madero de la crisis
«Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño,
para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
Con sus heridas fuisteis curados.
Pues andabais errantes como ovejas,
pero ahora os habéis convertido
al pastor y guardián de vuestras almas» (1 P 2,24-25).

Pesa el madero de la cruz, porque, en él,
Jesús lleva consigo todos nuestros pecados.
Se tambalea bajo este peso,
       demasiado grande para un solo hombre (cf. Jn 19,17).
Es también el peso de todas las injusticias
      que ha causado la crisis económica,
      con sus graves consecuencias sociales:
      precariedad, desempleo, despidos;
      un dinero que gobierna en lugar de servir,
      la especulación financiera,
      el suicidio de empresarios, la corrupción y la usura,
      las empresas que abandonan el propio país.
Esta es la pesada cruz del mundo del trabajo,
   la injusticia en la espalda de los trabajadores.
Jesús la carga sobre sus hombros
   y nos enseña a no vivir más en la injusticia,
   sino a ser capaces, con su ayuda,
   de crear puentes de solidaridad y esperanza,
   para no ser ovejas errantes ni extraviadas en esta crisis.
Volvamos, pues, a Cristo,
      pastor y guardián de nuestras almas.
Luchemos juntos por el trabajo en reciprocidad,
      superando el miedo y el aislamiento,
      recuperando la estima por la política
      y tratando de solventar juntos los problemas.
La cruz, entonces, se hará más ligera,
   si la llevamos con Jesús y la levantamos todos juntos,
   porque con sus heridas – resquicios de luz – hemos sido curados.

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ORACIÓN:
Señor Jesús, 
   cada vez se hace más densa nuestra noche.
La pobreza se torna miseria.
No tenemos pan para los hijos
    y nuestras redes están vacías.
Nuestro futuro es incierto.
Vela por el trabajo que falta.
Despierta en nosotros el celo por la justicia,
    para que no arrastremos la vida,
   sino que la llevemos con dignidad. Amén









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dijous, 17 d’abril del 2014

Dijous Sant '2014

DIJOUS SANT


DE L'EVANGELI SEGONS SANT JOAN
Jesús, sabent que el Pare li ho havia posat tot a les mans, i que havia vingut de Déu i a Déu tornava,  s'aixecà de taula, es tragué el mantell i se cenyí una tovallola; després va tirar aigua en un gibrell i començà a rentar els peus dels deixebles i a eixugar-los amb la tovallola que duia cenyida.                                                                           (Jn 13, 1-20)


¿A QUIÉNES Y CÓMO DEBEMOS LAVAR LOS PIES?
Es el momento de reconocer ante la Pasión de la Ciudad nuestra responsabilidad y nuestro abandono.Queremos que el signo del lavar los pies a los demás sea un signo de servicio, de reconciliación, del perdón que pedimos, del perdón que nos otorgan y del perdón mutuo que nos funde en un abrazo de hermanos.
Os doy un mandato nuevo, os doy un mandato nuevo:
que os améis, que os améis, que os améis, que os améis, como Yo os he amado.
1.- Lavemos los pies a nuestros mayores, solos y abandonados. 
Nos lo han dado todo y a veces los arrinconamos por considerarlos una carga. 
Les pedimos perdón por nuestra ingratitud.
2. -Nos acercamos a los jóvenes sin ilusión y futuro y les lavamos los pies con todo cariño.
Ojalá, con ello, sepamos ofrecerles proyectos, utopias, sentido en la vida. Les lavamos los pies.
3. -Lavemos los pies a los niños de la calle, sin familia, aprendices de delincuencia.
Les pedimos perdón por nuestra indiferencia y dureza de corazón. Les lavamos los pies.
4. -Lavemos los pies a nuestros hermanos en paro y a los que amenaza un futuro incierto.
A los que más sufren las nuevas formas de esclavitud,
A quienes son explotados en este mundo laboral cada vez más agresivo,
a todos que en estos tiempos, vemos como van pisando los derechos y la dignidad en el trabajo.
5.- Lavemos los pies a los transeúntes e indomiciliados.
Queremos comprenderles y dar un paso adelante
para no rechazarlos por su forma de vida y sus limitaciones. Les lavamos los pies.
6. -Lavemos los pies a los alcohólicos y a los toxicómanos. 
Son personas enfermasque necesitan nuestra ayuda para crecer en dignidad. Les lavamos los pies.
7. -Lavemos los pies a los enfermos crónicos. Falta en su horizonte la luz de la salud,
tal vez de la ilusión, Les pedimos perdón por nuestros olvidos.
8. -Lavemos los pies a las mujeres maltratadas, aisladas y olvidadas cerca de nosotros.
Les pedimos perdón por nuestras ligerezas. Les lavamos los pies.
9. -Lavemos los pies a tantas familias víctimas de la especulación financiera
que ven como pierden sus hogares, sus ahorros, el fruto de grandes esfuerzos.
10. -Lavemos los pies a las víctimas de los atentados, a las victimas de tantas guerras,
Porque, a veces, también nosotros somos violentos
en nuestras actitudes, en nuestras relaciones, en nuestras imposiciones.
Les pedimos perdón por nuestros colaboracionismos y por nuestros silencios.
11. -Lavemos los pies a la Iglesia perseguida en tantos lugares de nuestro mundo.
Lavemos los pies al creyente ultrajado, ignorado, silenciado y sin derechos civiles por su fe.
Pisoteado ya sea de forma física, con la cárcel, la persecución, la tortura, e incluso la muerte,
o de forma simbólica, con la burla y la calumnia, y el intento de desacreditación sistemático.
12. -Lavemos los pies a las gentes que buscando un futuro digno
aún siguen arriesgando sus vidas en un largo éxodo.
Algunos, demasiados, encuentran en ese camino la muerte en mares o desiertos,
otros, demasiados,
quedan a manos de mafias que los utilizan y extorsionan. Les lavamos los pies.
13. -Lavémonos los pies los hombres y mujeres de nuestro barrio.
En un mismo espacio convivimos
diferentes costumbres y religiones, diversas lenguas y culturas.
A veces no es fácil y nos urge educarnos mutuamente, dialogar, compartir,
conocernos mejor para comprender, respetarnos, apreciarnos y crecer juntos.
Nos lavamos los pies unos a otros.




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diumenge, 13 d’abril del 2014

Diumenge de Rams'2014



 
DIUMENGE de RAMS'2014


DE L'EVANGELI SEGONS SANT MATEU:
 Quan es van acostar a Jerusalem i arribaren a Betfagé, a la muntanya de les Oliveres,
 Jesús va enviar dos deixebles  amb aquest encàrrec:
-Aneu al poble que teniu al davant i tot seguit trobareu 
    una somera fermada, amb un pollí al seu costat. 
         Deslligueu-la i porteu-me'ls.  
Si algú us preguntava res, responeu-li: 
  "El Senyor els ha de menester, però de seguida els tornarà."
Això va succeir perquè es complís allò que havia anunciat el profeta:
  "Digueu a la ciutat de Sió:
Mira el teu rei que ve cap a tu;
arriba humilment,
muntat en una somera i en un pollí,
fill d'un animal de càrrega."
Els deixebles hi anaren i feren el que Jesús els havia manat:  
 portaren la somera i el pollí, van posar els mantells al seu damunt, i ell hi va muntar.  
 Molta gent va començar a estendre els seus mantells pel camí; 
d'altres tallaven branques dels arbres i encatifaven el terra.  
 La gent que anava davant d'ell i els qui seguien darrere cridaven:
- Hosanna al Fill de David! Beneït el qui ve en nom del Senyor! Hosanna a dalt del cel!
Quan hagué entrat a Jerusalem, tota la ciutat es va inquietar, i preguntaven:
-Qui és aquest?
La multitud responia:
-Aquest és el profeta Jesús, de Natzaret de Galilea.         (Mt 21, 1-11)



           DEMOS EL PASO

● La Pascua está cerca, llega la hora,
es tiempo de decisiones y de convicciones firmes.
Jesús invita, llama a seguirlo, convoca al encuentro,
abre el camino a la vida nueva,
que pasa por la cruz y nos conduce al Reino.
● Jesús, maestro, amigo, compañero,
te seguimos: ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como Pedro, Andrés, Juan y Santiago.
Que no dudemos y seamos capaces
de ponernos en camino tras tus huellas,
dando lo mejor de nosotros
para que todos puedan vivir mejor
y llegue el Reino, tu Reino Señor.
● ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como María, la madre, nuestra madre.
Que aprendamos a decir con ella
"Aquí estoy Señor que se haga en mi, tu voluntad".
● Que no seamos mezquinos, ni egoístas,
que seamos portadores de vida,
de dignidad, de buena convivencia.
Que hagamos realidad tu evangelio, Jesús,
en el hacer y vivir de cada día.
● ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como Zaqueo, que no dudó y cambió su vida
cuando tú le saliste al encuentro.
Que aprendamos a compartir nuestros bienes,
don de Dios para provecho compartido
y no para egoísta acumulación
que mata y aleja del Reino.
● Que aprendamos a revisar nuestra vida,
a reconocer nuestros errores,
a comprometernosen la conversión permanente,
en el continuo crecimiento interior,
a demostrarlo con gestos y hechos cotidianos.
● ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como aquella pobre viuda en el Templo,
sencilla, humilde,
que supo dar de corazón lo poco que tenía.
● ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como las mujeres que acompañaban a Jesús.
Fieles, cerca de la cruz,
cuando los demás habían huído
y Jesús moría solo y abandonado.
Que nos mantegamos fuertes en la fe,
firmes en la esperanza, activos en el amor concreto.
Que no tengamos vergüenza
de confesar nuestra fe cristiana.
Que no reneguemos de nuestras convicciones
en los momentos difíciles.
Que aprendamos el camino de la cruz
para ser fieles a tu proyecto, Señor,de Salvación.
● ¡Ayúdanos a dar el paso!
Como los discípulos de Emaús.
Que aprendamos a reconocerte,
cuando caminas a nuestro lado,
explicándonos las cosas que suceden
desde la mirada de Dios Padre,
● Ayúdanos a discernir
y encontrar cómo vivir mejor
el evangelio en nuestros días.
Que sepamos rectificar en el camino,
si es necesario, para anunciar
tu presencia viva a los demás.
Que sepamos cambiar nuestros planes
al dejar que Dios Padre entre n nuestra vida
con propuestas y horizontes nuevos.
●¡Ayúdanos a dar el paso, Señor!
Ayúdanos a vivir la Pascua
Muéstranos qué cosas de nuestra persona,
de nuestra mentalidad,
de nuestra manera de vivir,
deben morir para cambiar y ser nuevas,
hombres y mujeres resucitados y resucitadores.
●Que demos el paso liberador, comprometido,
de vivir anunciando tu Resurrección
con la práctica de una vida nueva,
guiada por la justicia, el perdón, la bondad,
el amor, y la solidaridad cotidianas.
- Que así, buen Señor Dios Padre Bueno -



De la CARTA de Sant PAU
als cristians de FILIPS:

Jesucrist, que era de condició divina,
no es volgué guardar gelosament
la seva igualtat amb Déu,
  sinó que es va fer no res:
prengué la condició d'esclau
i es féu semblant als homes.
Tingut per un home qualsevol,
  s'abaixà
i es féu obedient fins a la mort,
i una mort de creu.
  Per això Déu l'ha exaltat
i li ha concedit aquell nom
que està per damunt de tot altre nom,
  perquè en el nom de Jesús
tothom s'agenolli
al cel, a la terra i sota la terra,
  i tots els llavis reconeguin
que Jesucrist és Senyor,
a glòria de Déu Pare. (Fl 2, 6-11)



DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:
 –Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo: 
                   si eres Hijo de Dios, baja de la cruz. 
Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también 
diciendo: –A otros ha salvado, y él no se puede salvar. 
¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos. 
¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora.
 ¿No decía que era Hijo de Dios? 
Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban. 
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. 
A media tarde, Jesús gritó:
 – Elí, Elí, lamá sabaktaní 
(es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?») 
Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron: 
–A Elías llama este. Uno de ellos fue corriendo; 
enseguida cogió una esponja empapada en vinagre 
y, sujetándola en una caña, le dio a beber. 
Los demás decían: –Dejadlo, a ver si viene Elías a salvarlo. 
Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu (Mateo 27,39-50).



















 NO TE BAJES DE LA CRUZ
 Según el relato evangélico, los que pasaban ante Jesús crucificado se burlaban de él y, riéndose de su sufrimiento, le hacían dos sugerencias sarcásticas: si eres Hijo de Dios, «sálvate a ti mismo» y «bájate de la cruz». Esa es exactamente nuestra reacción ante el sufrimiento: salvarnos a nosotros mismos, pensar solo en nuestro bienestar y, por consiguiente, evitar la cruz, pasarnos la vida sorteando todo lo que nos puede hacer sufrir. ¿Será también Dios como nosotros? ¿Alguien que solo piensa en sí mismo y en su felicidad? Jesús no responde a la provocación de los que se burlan de él. No pronuncia palabra alguna. No es el momento de dar explicaciones. Su respuesta es el silencio. Un silencio que es respeto a quienes lo desprecian y, sobre todo, compasión y amor. Jesús solo rompe su silencio para dirigirse a Dios con un grito desgarrador: «Dios mío , Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». No pide que lo salve bajándolo de la cruz. Solo que no se oculte ni lo abandone en este momento de muerte y sufrimiento extremo. Y Dios, su Padre, permanece en silencio. Solo escuchando hasta el fondo este silencio de Dios descubrimos algo de su misterio. Dios no es un ser poderoso y triunfante, tranquilo y feliz, ajeno al sufrimiento humano, sino un Dios callado, impotente y humillado, que sufre con nosotros el dolor, la oscuridad y hasta la misma muerte. Por eso, al contemplar al Crucificado, nuestra reacción no puede ser de burla o desprecio, sino de oración confiada y agradecida: «No te bajes de la cruz. No nos dejes solos en nuestra aflicción. ¿De qué nos serviría un Dios que no conociera nuestros sufrimientos? ¿Quién nos podría entender?». ¿En quién podrían esperar los torturados de tantas cárceles secretas? ¿Dónde podrían poner su esperanza tantas mujeres humilladas y violentadas sin defensa alguna? ¿A qué se agarrarían los enfermos crónicos y los moribundos? ¿Quién podría ofrecer consuelo a las víctimas de tantas guerras, terrorismos, hambres y miserias? No. No te bajes de la cruz, pues, si no te sentimos «crucificado» junto a nosotros, nos veremos más «perdidos».

Pagola, J.A. El camino abierto por Jesús. Mateo 



  CRUCIFICADO CON NOSOTROS 
El sufrimiento lleva a muchos a gritar a Dios. No todos lo hacen de la misma forma. Algunos preguntan por Dios teóricamente: «¿ Cómo puede Dios permitir esto?». Tienen la impresión de que Dios es una especie de fuerza ciega e insensible que no se preocupa de nadie. De ordinario habla así quien contempla el sufrimiento desde lejos. No es esta la pregunta del que lo sufre en su propia carne. Su grito tiene otro acento más desgarrador: «Dios mío, ¿dónde estás?, ¿por qué te ocultas?, ¿no sientes mi dolor y mi pena?». En el corazón de la fe cristiana hay una historia de pasión. Es la historia de Jesús perseguido, abandonado, torturado y crucificado. Ninguna otra religión tiene una figura martirizada en su centro. Pero –lo que es más escandaloso aún–, en el centro de esta pasión está la experiencia del abandono de Dios. Después de tres horas de silencio, clavado en la cruz, aguardando la muerte, Jesús lanza un grito desgarrador: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Lo que angustia a Jesús no es solo la muerte . Es el temor a que, después de haber confiado totalmente en el Padre, este lo pueda «abandonar». ¿Dónde quedará el reino de Dios cuya dicha ha prometido a los pobres y desgraciados del mundo? Es el silencio espantoso de Dios lo que le hace gritar. Y es ese precisamente el grito al que tantas personas atormentadas se siguen uniendo todavía hoy, pues expresa lo que sienten: «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Pero, ¿es realmente así? Si lo ha dejado morir solo y abandonado en la cruz, Dios no solo sería un Dios insensible, sino también un Dios cruel. Pero en la primera comunidad cristiana afirman rotundamente lo contrario. «En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo» (2 Corintios 5,19). Cuando Cristo sufre en la cruz, el Padre sufre la muerte de su Hijo amado. Ambos sufren, aunque de manera distinta: Cristo sufre la muerte en su carne humana. El Padre sufre la muerte de su Hijo en su corazón de Padre. La pasión de Cristo le hace sufrir a Dios, es la pasión de Dios. Esto lo cambia todo. Si Dios mismo está sufriendo en Cristo, entonces Cristo trae la comunión de Dios con quienes se ven humillados y crucificados como él. Su cruz , levantada entre nuestras cruces, es la señal de que Dios sufre en todo sufrimiento humano. A Dios le duele el hambre de los niños de Etiopía, la humillación de las mujeres de Iraq o la angustia de los torturados por tantos abusos e injusticias. Este Dios «crucificado con nosotros» es nuestra esperanza. No sabemos por qué Dios permite el mal. Y, aunque lo supiéramos, no nos serviría de mucho. Sabemos que Dios sufre con nosotros. Esto es lo decisivo, pues, con Dios, la cruz termina en resurrección, el sufrimiento en dicha eterna.                          Pagola, J.A. El camino abierto por Jesús. Mateo 

EL CAMINO PARA SALVAR AL SER HUMANO 
Para un cristiano, la cruz de Cristo no es un acontecimiento más que se pierde en el pasado. Es el acontecimiento decisivo en el que Dios salva a la humanidad. Por eso, la vida de Jesús entregada hasta la muerte nos revela el camino para liberar y salvar al ser humano. La cruz nos revela, en primer lugar, que es importante «cargar con el pecado». Por supuesto, hay que eliminar el mal y la injusticia, hay que combatirlos de todas las formas posibles. Pero hemos de estar dispuestos a cargar con ese mal hasta donde haga falta. Jesús redime sufriendo. Solo quienes se implican hasta sufrir el mal en su propia carne humanizan el mundo. La cruz nos revela además que el amor redime de la crueldad. Muchos dirán que lo importante es la defensa de la democracia y de sus valores, ¿para qué queremos el amor? Pues bien, el amor es necesario para llegar a ser sencillamente humanos. Se olvida que la misma Ilustración basó la democracia sobre «la libertad, la igualdad y la fraternidad». Hoy se insiste mucho en la libertad , apenas se habla de igualdad y no se dice nada de la fraternidad. Cristo redime amando hasta el final. Una democracia sin amor fraterno no llevará a una sociedad más humana. La cruz revela también que la verdad redime de la mentira. Se piensa que, para combatir el mal, lo único importante es la eficacia de las estrategias. No es cierto. Si no hay voluntad de verdad, si se difunde la mentira o se encubre la realidad, se está obstaculizando el camino hacia la reconciliación. Cristo redime dando testimonio de la verdad hasta el final. Solo quienes buscan la verdad por encima de sus propios intereses humanizan el mundo. Nuestra sociedad sigue necesitando urgentemente amor y verdad. Indudablemente hemos de concretar sus exigencias entre nosotros. Pero concretar el amor y la verdad no significa desvirtuarlos o manipularlos, menos aún eliminarlos. Quienes «cargan con el pecado» de todos y siguen luchando hasta el final por poner amor y verdad entre los hombres generan esperanza . El teólogo alemán Jürgen Moltmann hace esta afirmación: «No toda vida es motivo de esperanza, pero sí esta vida de Jesús, que por amor toma sobre sí la cruz y la muerte». 

Pagola, J.A. El camino abierto por Jesús. Mateo 

CARGAR CON LA CRUZ 
Lo que nos hace cristianos es seguir a Jesús. Nada más. Este seguimiento a Jesús no es algo teórico o abstracto. Significa seguir sus pasos, comprometernos como él a «humanizar la vida», y vivir así contribuyendo a que, poco a poco, se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo donde reine Dios y su justicia. Esto quiere decir que los seguidores de Jesús estamos llamados a poner verdad donde hay mentira, a introducir justicia donde hay abusos y crueldad con los más débiles, a reclamar compasión donde hay indiferencia ante los que sufren. Y esto exige construir comunidades donde se viva con el proyecto de Jesús, con su espíritu y sus actitudes. Seguir así a Jesús trae consigo conflictos, problemas y sufrimiento. Hay que estar dispuestos a cargar con las reacciones y resistencias de quienes, por una razón u otra, no buscan un mundo más humano, tal como lo quiere ese Dios encarnado en Jesús. Quieren otra cosa. Los evangelios han conservado una llamada realista de Jesús a sus seguidores. Lo escandaloso de la imagen solo puede provenir de él: «Si alguno quiere venir detrás de mí... cargue sobre las espaldas su cruz y sígame». Jesús no los engaña. Si le siguen de verdad, tendrán que compartir su destino. Terminarán como él. Esa será la mejor prueba de que su seguimiento es fiel. Seguir a Jesús es una tarea apasionante: es difícil imaginar una vida más digna y noble. Pero tiene un precio. Para seguir a Jesús es importante «hacer»: hacer un mundo más justo y más humano; hacer una Iglesia más fiel a Jesús y más coherente con el evangelio. Sin embargo, es tan importante o más «padecer»: padecer por un mundo más digno; padecer por una Iglesia más evangélica. Al final de su vida, el teólogo Karl Rahner escribió esto: «Creo que ser cristiano es la tarea más sencilla, la más simple y, a la vez, aquella pesada “carga ligera” de que habla el evangelio. Cuando uno carga con ella, ella carga con uno, y cuanto más tiempo viva uno, tanto más pesada y más ligera llegará a ser. Al final solo queda el misterio. Pero es el misterio de Jesús». 

Pagola, J.A. El camino abierto por Jesús. Mateo 

SEGUIR A JESÚS CONDUCE A LA CRUZ 
Estamos tan familiarizados con la cruz del Calvario que ya no nos causa impresión alguna. La costumbre lo domestica y lo «rebaja» todo. Por eso es bueno recordar algunos aspectos demasiado olvidados del Crucificado. Empecemos por decir que Jesús no ha muerto de muerte natural. Su muerte no ha sido la extinción esperada de su vida biológica. A Jesús lo han matado violentamente. No ha muerto tampoco víctima de un accidente casual ni fortuito, sino ajusticiado, después de un proceso llevado a cabo por las fuerzas religiosas y civiles más influyentes de aquella sociedad. Su muerte ha sido consecuencia de la reacción que provocó con su actuación libre, fraterna y solidaria con los más pobres y abandonados de aquella sociedad. Esto quiere decir que no se puede vivir el evangelio impunemente. No se puede construir el reino de Dios, que es reino de fraternidad, libertad y justicia, sin provocar el rechazo y la persecución de aquellos a los que no interesa cambio alguno. Imposible la solidaridad con los indefensos sin sufrir la reacción de los poderosos. Su compromiso por crear una sociedad más justa y humana fue tan concreto y serio que hasta su misma vida quedó comprometida. Y, sin embargo, Jesús no fue un guerrillero, ni un líder político, ni un fanático religioso. Fue un hombre en el que se encarnó y se hizo realidad el amor insondable de Dios a los hombres. Por eso ahora sabemos cuáles son las fuerzas que se sienten amenazadas cuando el amor verdadero penetra en una sociedad, y cómo reaccionan violentamente tratando de suprimir y ahogar la actuación de quienes buscan una fraternidad más justa y libre. El evangelio siempre será perseguido por quienes ponen la seguridad y el orden por encima de la fraternidad y la justicia (fariseísmo). El reino de Dios siempre se verá obstaculizado por toda fuerza política que se entienda a sí misma como poder absoluto (Pilato). El mensaje del amor será rechazado en su raíz por toda religión en la que Dios no sea Padre de los que sufren (sacerdotes judíos). Seguir a Jesús conduce siempre a la cruz; implica estar dispuestos a sufrir el conflicto , la polémica, la persecución y hasta la muerte. Pero su resurrección nos revela que a una vida crucificada, vivida hasta el final con el espíritu de Jesús, solo le espera resurrección.

Pagola, J.A. El camino abierto por Jesús. Mateo 

dimarts, 8 d’abril del 2014

HORARIS de SETMANA SANTA

HORARIS de SETMANA SANTA


Diumenge de RAMS / Domingo de RAMOS


9h, Eucaristia   

11'30 BENEDICCIÓ 

12h Eucaristia.



20h. Eucaristia.


Dilluns, dimarts i dimecres SANTS 
Lunes, martes y miércoles SANTOS


9h - Oración de Laudes.

19'30 - Vísperas y Eucaristia.




Dijous SANT / Jueves SANTO




9h.- Oración de Laudes.

20h. - Cena del Senyor 
          Cena del Señor

22h. - Hora Santa







Divendres SANT / Viernes SANTO


11h - Via Crucis

12h - 
Processó de "Les 7 Paraules" 
Procesión de "Las 7 Palabras".

17h -  
Ofici de la Passió del Senyor 
Oficio de la Pasión del Señor


Dissabte SANT / Sábado SANTO

9'30h. Oficio de Lecturas y Laudes.



VETLLA PASQUAL 
VIGILIA PASCUAL

------ 22h. -------

Diumenge de RESURRECCIÓ 
Domingo de RESURRECCIÓN
9h - 12h - 20h  Eucaristia

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Capella de Sant Joan Baptista. (Salut alta)

HORARIO de SEMANA SANTA 2014 
 
Jueves ,1O ABRIL

A las 20’- CELEBRACIÓN COMUNITARIA DEL PERDÓN DE DIOS



Domingo,13 abril DOMINGO DE RAMOS

A las 12, Bendición de Palmas y MISA SOLEMNE



Jueves, 17 JUEVES SANTO

A las 20 Celebración de la CENA del SEÑOR.

(la capilla permanecerá abierta 
hasta las 23 h para la adoración del Santísimo)


18 VIERNES SANTO

A LAS 11 VIA CRUCIS por la Capilla

A las 12’30 CELEBRACION de la MUERTE de JESUS



19 SÁBADO

A las 22’30 VIGILIA PASCUAL, 
RESURRECCIÓN del SEÑOR




20 DOMINGO DE PASCUA

A LAS 12 MISA DE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO




dissabte, 5 d’abril del 2014

5è diumenge de Quaresma'2014

"Una oportunitat per a la vida!"
Quaresma'2014

DAR VIDA





DEL PROFETA EZEQUIEL
 Llavors, poble meu, quan obriré els vostres sepulcres 
i us en faré sortir, sabreu que jo sóc el Senyor.  
 Posaré el meu esperit dins vostre, recobrareu la vida,
 i us establiré a la vostra terra.   (Ez 37, 12-14)





DE LA CARTA DE SANT PAU ALS CRISTIANS DE ROMA
Però si Crist està en vosaltres,  encara que el vostre cos hagi de morir per culpa del pecat, l'Esperit us dóna la vida, ja que Déu us ha fet justos.  (Rm 8, 8-11)




DE L'EVANGELI SEGONS SANT JOAN
Li diu Jesús:-Jo sóc la resurrecció i la vida.
Qui creu en mi, encara que mori, viurà;
i tot aquell qui viu i creu en mi, no morirà mai més.
¿Ho creus, això?
Ella li respon:-Sí, Senyor: 
jo crec que tu ets el Messies, el Fill de Déu, 
el qui havia de venir al món. (Jn 11, 1-45)













CONVENCIMIENTO






Señor, tú eres la resurrección y la vida,

                    nuestra esperanza,

haz que este gozo que nos inunda

     se propague y difunda como la lluvia,

     que empape nuestra vida y la de todos.

Haz que seamos testimonio para otros,

   ánimo y soporte para los desfallecidos,

   y que en nosotros llevemos el sello de tu amor.

Que empeñemos nuestra vida

           en seguir fielmente las huellas de Jesús,

           que dio su vida por nosotros y por todos,

      para que de él aprendamos a vivir dando vida a los demás.

Danos, Señor, un corazón fuerte

    para llevar a cabo la misión de la esperanza,

    para que todos puedan vivir sin temor, con esperanza.





TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR

Cuando me digas “sal de ahí”

quiero dejar la fría losa que me inmoviliza

que me detiene en la oscuridad

y me dice que Tú no existes

que pregona que, la nada o el absurdo,

serán mis acompañantes para siempre.



TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR

Y, al verte conmovido porque ya no estaré muerto sino vivo

darte las gracias porque, ante todo, me darás la vida Señor

Porque, tus promesas, son más fuertes que la misma muerte

porque tu fama, Señor, desde siempre me ha impresionado.



TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR

Abandonando las vendas de la tiniebla y del llanto

para, después de resucitar, cantar eternamente tu gloria

y con el resto de los que creen y esperan como yo

enterrar las dudas y las desesperanzas

sabiendo que Tú, Señor, tienes palabras de vida eterna



TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR

Pero, mientras no llegue ese momento,

guárdame en tu corazón, amigo y Señor,

no olvides que, mientras estuve y caminé en la tierra,

pensé en Ti, di gracias por haberte conocido

cerré los ojos al mundo con el sueño de poder escuchar un día:

¡AMIGO, SAL DE AHÍ!



Haz, Señor, que mientras asoma ese instante de partir

cuando algunos lloren y otros recen por mí

te siga amando con todo mi corazón, fuerza y afecto

Amén.





"Uno no puede ponerse al lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen; el escritor debe ser un testigo insobornable de su tiempo, con coraje para decir la verdad." Albert Camus