DE L'EVANGELI SEGONS SANT MATEU (Mt 28, 5-7)
L'àngel digué a les dones:
-No tingueu por, vosaltres.
Sé que busqueu Jesús, el crucificat.
No és aquí: ha ressuscitat, tal com va dir.
Veniu, mireu el lloc on havia estat posat.
Aneu de seguida a dir als seus deixebles:
"Ha ressuscitat d'entre els morts,
i ara va davant vostre a Galilea. Allà el veureu."
DEL EVANGELIO SEGÚN SANT MATEO
El ángel dijo a las mujeres:–No os asustéis. Sé que estáis buscando a Jesús, el crucificado, pero no está aquí; ha resucitado, como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. Id aprisa y decid a sus discípulos: ‘Ha resucitado y va a ir a Galilea antes que vosotros. Allí le veréis.’ (Mt 28, 5-7)
Christus surrexit
复 活节快乐
المسيح قم حقا قا م
Cristo e' risorto
复 活节快乐
المسيح قم حقا قا م
Cristo e' risorto
E' veramente risorto,
Χριστο'ς Ανεστη Αληθως Ανεστι.
REALMENT
Χριστο'ς Ανεστη Αληθως Ανεστι.
REALMENT
CRIST HA RESSUSCITAT.
AL·LELUIA. BONA PASQUA
خوش ایسٹر
हैप्पी ईस्टर मसीह बढ़ी है
AL·LELUIA. BONA PASQUA
خوش ایسٹر
हैप्पी ईस्टर मसीह बढ़ी है
Homilía del
Papa Francisco en la Vigilia Pascual
"Volver a
Galilea",
al momento en el que los ojos de Jesús
se cruzaron con los nuestros
El Evangelio de la resurrección de
Jesucristo comienza con el ir de las mujeres hacia el sepulcro,
temprano en la mañana del día después del sábado. Se dirigen
a la tumba, para honrar el cuerpo del Señor, pero la encuentran
abierta y vacía. Un ángel poderoso les dice: «Vosotras no
temáis», y les manda llevar la noticia a los discípulos: «Ha
resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a
Galilea» . Las mujeres se marcharon a toda prisa y, durante el
camino, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «No temáis:
id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
No tengais miedo, no temais, no temais. Es la voz que anima a abrir
el corazón para recibir este anuncia porque después de la muerte
del Maestro, los discípulos se habían dispersado; su fe se
deshizo, todo parecía que había terminado, derrumbadas las
certezas, muertas las esperanzas. Pero entonces, aquel anuncio de las
mujeres, aunque increíble, se presentó como un rayo de luz en la
oscuridad. La noticia se difundió: Jesús ha resucitado, como
había dicho... Y también el mandato de ir a Galilea; las mujeres
lo habían oído por dos veces, primero del ángel, después de
Jesús mismo: «Que vayan a Galilea; allí me verán». No temáis
e id a Galilea. Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo
empezó. Volver al lugar de la primera llamada. Volver allí,
volver al lugar de la primera llamada. Jesús pasó por la orilla
del lago, mientras los pescadores estaban arreglando las redes. Los
llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron.
Volver a Galilea quiere decir releer
todo a partir de la cruz y de la victoria. Sin miedo, no temais.
Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los
entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a
partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de
amor.
También para cada uno de nosotros hay
una «Galilea» en el comienzo del camino con Jesús. «Ir a
Galilea» tiene un significado bonito, significa para nosotros
redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías
nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana.
Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto
incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del
camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para
cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas. Con esta
chispa se enciende una alegría humilde, una alegría que no ofende
el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena.
En la vida del cristiano, después del
bautismo, hay otra Galilea, hay también una «Galilea» más
existencial: la experiencia del encuentro personal con Jesucristo,
que me ha llamado a seguirlo y participar en su misión. En este
sentido, volver a Galilea significa custodiar en el corazón la
memoria viva de esta llamada, cuando Jesús pasó por mi camino, me
miró con misericordia, me pidió de seguirlo; ir a Galilea
significa recuperar la memoria de aquel momento en el que sus ojos se
cruzaron con los míos, el momento en que me hizo sentir que me
amaba.
Hoy, en esta noche, cada uno de
nosotros puede preguntarse: ¿Cuál es mi Galilea? Hacer memoria, ir
atrás ¿Dónde está mi Galilea? ¿La recuerdo? ¿La he olvidado?
Búscala y la encontrarás, allí te espera el Señor. He andado por
caminos y senderos que me la han hecho olvidar. Señor, ayúdame:
dime cuál es mi Galilea; sabes, yo quiero volver allí para
encontrarte y dejarme abrazar por tu misericordia. No tener miedo, no
temer. Volved a Galilea.
El evangelio de Pascua es claro: es
necesario volver allí, para ver a Jesús resucitado, y convertirse
en testigos de su resurrección. No es un volver atrás, no es una
nostalgia. Es volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús
ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de
la tierra.
«Galilea de los gentiles»: horizonte
del Resucitado, horizonte de la Iglesia; deseo intenso de
encuentro... ¡Pongámonos en camino!
CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de
2014.
MÉS FOTOGRAFIES:
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